La insulina es comúnmente utilizada a manera de terapia como parte importante en el tratamiento de la diabetes, ya que esta comprende el papel del control de los niveles de azúcar en la sangre y la prevención de las complicaciones de dicha enfermedad.
La administración de la insulina es distinta en cada persona y puede cambiar a lo largo del tiempo, pudiendo ser uno o varios tipos diferentes durante el día, dependiendo de tu estilo de vida, tu alimentación y tus niveles de azúcar en la sangre.
Para aplicar una inyección, es necesario preparar la jeringa apropiada con la cantidad correcta, decidir dónde aplicarla y saber como hacerlo, esto en conjunto con su médico o educador certificado en diabetes (CDE) pueden enseñarte todos estos pasos, vigilar tu práctica y responder a cualquier duda.
Así mismo, puedes tomar notas para recordar los detalles y utilizar la siguiente información como recordatorio.
Para este proceso necesitarás:
· Alcohol
· Almohadillas de algodón
· Jeringa estéril desechable para insulina (Con las especificaciones previas que indique el doctor, ya que de acuerdo al tipo de sustancia es el tipo de jeringa que se necesita).
Paso 1. Lava tus manos con agua y jabón.
Paso 2. Asegúrate que la envoltura de la jeringa esté perfectamente sellada y que el tipo de insulina coincida con el tipo de jeringa.
Paso 3. Al preparar la inyección, si el frasco del medicamento tiene tapón de hule, límpialo con alcohol.
Hay que verificar también que la insulina sea la correcta y no esté vencida, revisando la etiqueta del frasco, igualmente revisar que no contenga grumos a los lados del frasco.
Paso 4. Jala el émbolo de la jeringa hacia atrás para introducir la cantidad de aire en ella equivalente a la dosis del medicamento que desea aplicarse.
Paso 5. Introduce el aire en el frasco y con la aguja en el líquido gíralo hacia abajo, con la aguja hacia arriba para sacar la insulina sin burbujas.
Si notas que hay burbujas de aire, sostén el frasco y la jeringa en mano y golpea la jeringa suavemente con la otra mano para que estas floten hacia la parte superior, para después empujarlas de regreso al frasco y jalar nuevamente hacia atrás para recuperar la cantidad de dosis correcta.
Paso 6. Elige la zona del cuerpo en la que deseas aplicar la inyección.
Para esto, se recomienda guardar un registro de los lugares en que se han aplicado las inyecciones, para que no se apliquen todo el tiempo en el mismo sitio.
Los puntos más frecuentes en este caso son: el abdomen, la parte posterior de los brazos, la parte superior de los glúteos y la parte exterior de los muslos.
También habrá que tomar en cuenta una distancia al poner la insulina, siendo a 2.5 cm (1 pulgada) de cicatrices y lunares, y a 5 cm (2 pulgadas) cerca del ombligo.
Paso 7. Haz un pliegue en la piel para inyectar correctamente de forma subcutánea.
Paso 8. Introduce firmemente la aguja a 45º o 90º según la zona elegida e inyecta de forma continua.
Al introducir la aguja completamente en la piel, puedes soltar el pliegue e inyectar así mismo la insulina lentamente de manera constante hasta que hayas inyectado todo el medicamento.
Paso 9. Al terminar de aplicar la insulina, deja la jeringa dentro de la piel durante 5 segundos. Después retira en el mismo ángulo al que introdujiste la aguja.
Y así, finalizamos con los pasos a seguir para inyectar insulina de forma exitosa. Te recomendamos acudir con tu médico especialista para que te puedan explicar más a detalle sobre el proceso y cualquier duda que pueda surgir.
Esperamos que este artículo pueda guiarte y ayudarte.